Internet es un lugar lleno de innovación y oportunidades que ha afectado no solo a la manera de consumir o comprar productos, sino también a los procesos de creación o desarrollo de proyectos.
Una de estas oportunidades es por la suma de las palabras en inglés crowd (multitud) y sourcing (externalización), que consiste en la colaboración o participación de personas externas a una empresa, contactadas a través de una convocatoria abierta, para realizar determinadas tareas o proponer soluciones a un problema en ella.
En los últimos años, el crowdsourcing se ha puesto bastante de moda en el ámbito empresarial por los beneficios que puede llegar a aportar a una empresa. Algunas de sus principales ventajas son:
– Genera ideas innovadoras y oportunidades para profesionales de distintas áreas, aprovechando mejor el talento humano.
– Ayuda a conectar más a la empresa con sus clientes.
– El coste es normalmente más pequeño.
– Los problemas o retos planteados pueden resolverse con mayor rapidez.
Con el auge de internet, el crowdsourcing se ha convertido en una actividad bastante recurrente por parte de empresas, ya que utiliza y se beneficia de las tecnologías que ofrece la web 2.0 para llevar a cabo sus proyectos. Sin embargo, esta práctica también puede plantear algunas desventajas o dificultades en su aplicación. La falta de un incentivo económico, por ejemplo, puede provocar una falta de motivación y, con ello, una reducción de la calidad del producto o servicio elaborado. Por ello, lo más recomendable sería empezar con un crowdsourcing en un proyecto de menor dimensión y coste para así probar su utilidad y éxito que tiene en la empresa.
La era de Internet y las nuevas tecnologías han provocado la creación de innovadores modelos de negocio en nuestro panorama profesional, pero es necesario saber elegir qué opción nos conviene más para poder lograr los objetivos de la empresa.